El estrés y la ansiedad son dos condiciones que se pueden confundir, pero que presentan diferencias clave en cómo afectan a la persona. La psicóloga esteliana Erika Picado explica la importancia de detectar estos dos tipos de reacciones en el cuerpo y la mente, que reducen la calidad de vida de las personas.
De acuerdo a las declaraciones de la psicóloga Erika Picado, el estrés es una respuesta natural del cuerpo ante una situación que se percibe como un desafío o una amenaza, y se puede manifestar con dolores de cabeza, tensión muscular, insomnio, cansancio, dificultad para concentrarse y sensación de estar sobrecargado emocionalmente.
En cuanto a la ansiedad, la psicóloga manifestó que es una reacción emocional más intensa y persistente que el estrés, donde el cuerpo permanece en alerta, incluso sin una causa concreta. Los síntomas más comunes suele ser palpitaciones, sudoración, sensación de falta de aire, miedo sin motivo y sobrepensar miles de escenarios negativos.
"La diferencia principal está en la causa y en la duración", resaltó la especialista, detallando que "el estrés se origina por algo específico, por ejemplo: una carga laboral o un examen, y suele desaparecer cuando la situación termina. La ansiedad, en cambio, puede mantenerse aunque el problema ya haya pasado o incluso sin una causa aparente, es más interna, más emocional y puede llegar a afectar la vida cotidiana, si no se trata".
A su vez, destacó que a una persona se le puede considerar en estado crítico de ansiedad cuando ya no logra controlar sus pensamientos, presenta constantemente crisis de pánico, aislamiento y pensamientos de desesperanza. En ese punto debe buscar ayuda profesional de inmediato.
A menudo, las técnicas de respiración profunda, la meditación y la atención plena para mantener el enfoque en el presente y reducir la preocupación constante ayudan a reducir los síntomas de estrés y ansiedad. Sin embargo, lo más importante es no normalizar el malestar emocional. Pedir ayuda es un acto de valentía y autocuidado.