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Carmelita Medina: una maestra que marcó el futuro de muchos niños

La profesora Carmelita Medina es una de las más queridas de su municipio. Dedicó 50 años de su vida a la enseñanza de los pequeños que hoy se han convertido en grandes profesionales.

Carmelita Medina, maestra de generaciones de Quilalí, Nueva Segovia. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Carmelita Medina, maestra de generaciones de Quilalí, Nueva Segovia. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

Periodista Famnuel Úbeda
28-Junio-2024
Nueva Segovia-Nicaragua

En el barrio José Juárez, del municipio de Quilalí, en el departamento de Nueva Segovia, existe un personaje cuyo legado perdura más allá del tiempo. Se trata de Carmelita Medina, una maestra de inquebrantable determinación y carácter bondadoso.

La profesora Carmelita Medina formó un compromiso con la educación que dejó una huella imborrable en ese poblado segoviano. "La mayoría de los que fueron mis estudiantes ahora son grandes profesionales, entre ellos profesores y doctores", cuenta. 

Siendo una adulta mayor, con tenacidad y convicción, luchó incansablemente hasta que en el año 1987 su persistencia dio frutos con la construcción del preescolar "Jardín del Niño".

Más que un nuevo edificio en Quilalí, esta escuela representaba una oportunidad para el aprendizaje, el desarrollo cognitivo de los infantes y el inicio de un futuro mejor.

"Imagínese lo que representaba ya poder estar en un edificio adecuado para dar clases, en comparación a aquel pequeño salón en el que empezamos. Yo sentí que mis niños ya estaban felices en su nuevo preescolar, son sus sillas y sus materiales bien hechos", recuerda la profesora Carmelita sobre esa experiencia.  

La bonita labor de la profesora Carmelita no se limitaba a la gestión del edificio, su presencia en las aulas era una constante inspiración para los pequeños y un ejemplo vivo de entrega y dedicación.

Con su carisma innato y una voz suave, como el murmullo del viento, Carmelita tenía el don de cautivar a sus alumnos contándoles cuentos llenos de magia y aventuras. Cada narración era una ventana abierta al mundo de la imaginación, donde los niños se sumergían con entusiasmo y fascinación.

"Trabajé 50 años dando clases en preescolar porque yo adoro a los niños", confiesa esa entusiasta maestra jubilada, quien admite que rechazó varias ofertas a cargos de dirección por su amor hacia los infantes. "Aprendí a ser maestra para enseñar, no para estar detrás de un escritorio", expresa con seguridad la profesora Carmelita 

Además de ser una narradora excepcional, la maestra Carmelita también entonaba con dulzura las canciones infantiles más populares de la época. Con cada melodía, el aula se convertía en un escenario de alegría en el que los niños desarrollaban su creatividad y fortalecían su vínculo con la música y la cultura.

El legado de la profesora Carmelita trasciende las paredes del preescolar "Jardín del Niño" y se expande en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerla. 

Su ejemplo de sacrificio, compromiso y amor por la educación sigue siendo una inspiración para las generaciones presentes y futuras, recordándonos que el verdadero valor de un maestro radica no solo en lo que enseña, sino en el impacto que deja en las vidas de sus alumnos.



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