A la orilla de la carretera panamericana, propiamente en la comunidad Las Calabazas, al sur del municipio de Estelí, se encuentra un tesoro verde que ha sido cultivado con amor y dedicación durante las últimas tres décadas, se trata de Jardines El Porvenir.
Daysi González Pineda, de 67 años de edad, es la mente maestra detrás de este paraíso natural, donde la vida florece al ver las más de 800 especies de plantas que tiene sembradas, entre ornamentales, frutales y forestales.
“Comencé con semilla de frutales, después fueron medicinales, y a la vez pues no he dejado de sembrar”, dice Daysi, orgullosa de su emprendimiento.
Hace 30 años, Daysi decidió dar inicio a su aventura verde germinando semillas de cítricos en el patio de su modesta casa. Sin embargo, lo que comenzó como un simple pasatiempo se convirtió en algo más grande de lo que jamás imaginó: un medio de vida.
Hoy Daysi se dedica a la reproducción y comercialización de plantas, medio que descubrió después de un viaje turístico a algunos viveros de Catarina, en Masaya.
“Es duro para mí contar cómo comencé, con poquitas plantas, mucha gente me regalaba una estaca y empecé llenando bolsitas con semillas de cítricos sin injertar. También agregué las plantas de colores y las plantas medicinales”, relata doña Daysi.
Daysi trajo a casa sus primeras diez plantas, las cuales llevó a vender al Mercado Alfredo Lazo de Estelí y en cuestión de minutos, las plantas encontraron nuevos hogares, por lo que supo que le esperaba algo grande.
“Comencé en el mercadito campesino, allí nuestras amistades me llevaban pedacitos de plantas para que yo sembrara y me contaban cómo hacer y me daban fuerzas”, comenta al equipo de Noticias ABC.
Con cada venta, su pasión creció, y con ella, su negocio. Lo que comenzó como un pequeño comercio de plantas se convirtió en su propio vivero, el que a la vez parece a un pequeño bosque que hoy sirve de refugio para pájaros y ardillas que encontraron en él un hogar seguro.
“Con las plantas compro lo que es mi comida. Tengo cuatro viejitas (mujeres mayores), una de ellas vive delante de Pueblo Nuevo, en San Antonio. Antes ella me daba plantas pero al día de hoy está muy enferma y yo les pido a la gente que me vengan a comprar, porque ayudo esa viejita y cuando yo tengo la bendición le llevo la provisión, pero cuando no tengo venta, pues no le puedo llevar nada”, dijo Daysi entre lágrimas.
En un mundo cada vez más urbanizado y desconectado de la naturaleza, el trabajo de Daysi González Pineda es un recordatorio de la importancia de preservar y cuidar nuestro entorno.