Las rosquillas somoteñas se están encareciendo cada día, debido al alto costo de los insumos para hacer este popular producto elaborado en el departamento de Madriz.
Cada día que pasa, comerse una sabrosa rosquilla somoteña se está haciendo más difícil, porque las rosquilleras deben mantener la calidad del producto y eso representa subir su precio o disminuir su tamaño.
Doña Vilma Martínez Osorio, propietaria del Taller de Rosquillas Vilma, dijo que otro factor negativo para las propietarias de los más de 37 talleres de rosquillas en la ciudad de Somoto, es la falta de presencia de turistas extranjeros en la zona, quienes eran los principales compradores y consumidores de este producto.
En tanto, Suedy González, propietaria del Taller de Rosquillas Dorita, agregó que, el coronavirus ha sido otro problema en la comercialización de las rosquillas somoteñas, ya que se ha dejado de exportar a los Estados Unidos, a varios países de Centroamérica y de Europa.
Las dueñas de los talleres de rosquillas esperan que este año las ventas sean mejores que el año pasado y que los insumos para su elaboración bajen de precio porque el mayor afectado es el consumidor.
"Todo lo que es materia prima va en aumento, los costos. Una de las materias primas ya casi llega a los 1,500 córdobas, y entonces nosotros tenemos que hablar con nuestros clientes por el precio y todo eso. No se sigue produciendo la misma cantidad, ha disminuido un poco la producción. En lo que es la venta se sigue manteniendo la misma calidad", detalló Suedy González.
"La margarina está a 1,470, o más cara, ahorita le han subido a todo, todo está carísimo, ya le tuve que disminuir el tamaño a las rosquillas, porque la calidad no se puede bajar, es el tamaño el que se baja. A los clientes no les gusta eso, pero el pan lo compran caro y la rosquilla siempre quieren que sea barata, y se gasta más en la rosquilla que en el pan. A como va subiendo el queso ahorita, la risquilla va a tener que ser chiquita y a un córdoba", señaló doña Vilma Martínez Osorio.