En las calles de Estelí un oficio tradicional ha perdurado a lo largo de los años, llevando consigo el sabor de la cultura nicaragüense, los eloteros los vendedores que con ingenio y dedicación recorren las calles ofreciendo una deliciosa variedad de maíz verde preparado de diferentes maneras,
Glenda Rodríguez ha encontrado en la venta de elotes un medio de vida, desde hace 25 años se ha dedicado a preparar y vender derivados de maíz.
Cada día comienza con un ritual de preparación de los clásicos elotes cocidos, hasta los tamales dulces y las calientes güirilas.
“Primero me pongo a destuzar para los tamalitos y ya pongo los elotitos en su en su perol, y después me pongo a encender fuego para que vayan conociéndose y después me pongo a raspar el elote para para ir a moler y hacer los tamalitos, güirilas y atol”, relata Rodríguez.
Para Glenda su labor le ha permitido mantener a su familia y perseguir junto a su esposo el sueño común de construir su propia casa.
“Comencé desde pequeña a vender, primero con una prima, después ella se retiró y así comencé, gracias a Dios pues me ha ido bien y voy a seguir luchando”, dice la comerciante.
Así es la vida los peloteros en ejemplo de tradición que nació en el barrio Omar Torrijos y que se mantiene vivo en cada calle y en cada barrio de esta ciudad norteña de Estelí.
Para esta comerciante de elotes no solo es un trabajo, sino una forma de mantener viva la tradición nicaragüense de generaciones.